viernes, 21 de enero de 2011
Los senadores y los pinganillos
La imagen de unos señores poniéndose unos pinganillos para entenderse unos a otros, cuando todos conocen un idioma común, es la imagen del despilfarro y de la propia política. Solamente en la política es concebible una cosa así. En ningún otro ámbito sería concebible obligar a los ciudadanos a pagar por una cosa tan disparatada y tan inútil. A la cuestión del lenguaje se le presta poca atención y el lenguaje es una de las instituciones más maravillosas de la sociedad y por descontado, producto de ella misma, producto de la gente libre, no producto de los Estados. Ningún Estado inventa los lenguajes. Es más, cuando se intentó crear un lenguaje para todo el mundo, que lo inventó un médico que se llamaba Luis Zamenhof ( El esperanto) nunca funcionó. Lo interesante es como resuelve el problema del lenguaje la sociedad, porque es verdad que se hablan cosas distintas y el hecho de que hablemos cosas distintas complica mucho la convivencia ¿ Cómo se resuelve esto cuando los seres humanos son libres? Una solución a la que llegan es buscar un idioma común y esto se hace en aquellas comunidades que por su propia naturaleza son cosmopolitas, por ejemplo la ciencia. Es lógico que un científico que le interesa obviamente la verdad dentro de sus disciplina y que de pronto encuentra que hay una persona que está haciendo lo mismo que él a 10000 Km y que habla otra lengua, tenga interés en juntarse y comparar sus descubrimientos y ver como van avanzando ¿ Qué hacen? Pues un idioma común. Durante siglos fue el latín y ahora es el inglés. Eso parece una solución razonable y lógica. La otra es aprender muchos idiomas y la gente los aprende cuando hay interés. Cuando se viaja por el exterior a sitios donde no se habla nuestro idioma, bien que se ocupan aquellos que quieren vendernos cosas en aprender nuestro idioma. La sociedad encuentra mecanismos para organizarse en algo en lo que teóricamente debería dividirse, que es la lengua y acaba uniéndose, porque la gente quiere unirse y se dedica a aprender. Eso se hace de una forma espontánea, sin que cueste nada a los contribuyentes, provocando el avance de todos, sin coacción y mediante la persuasión. Nuestros políticos deberían aprender un poquito de lo que hace la gente cuando es libre.
lunes, 3 de enero de 2011
Camino de un Estado totalitario
Mal empezamos el 2011. El Estado sigue adentrándose en la vida de la gente. La nueva Ley antitabaco, va a suponer que los fumadores sean vistos como unos apestados sociales. Tienen prohibido ya fumar en prácticamente todos los sitios. La cantidad de pérdida de dinero que va a suponer esta ley, es tremenda, sobre todo para los empresarios del sector hostelero. A ellos se les dijo en la anterior ley que debían hacer obras en sus respectivos negocios para separar la zona de fumadores de la de no fumadores. Ahora eso ya no vale. Esta ley nos sigue llevando por un camino tremendamente peligroso, ya que no solo -como digo- va a suponer que se vea a los fumadores como apestados sociales, es que además se invita incluso por parte del gobierno, a que se denuncie a aquellos empresarios -que en uso de su libertad y de algo que no respetan los socialistas de todos los partidos, que es la propiedad privada- no apliquen la ley en sus negocios. Este gobierno tiene un curriculum prohibicionista para echarse a temblar. Quisieron prohibir el vino, las hamburguesas XXL, ahora prohiben fumar y al paso que vamos y si nadie lo remedia acabarán metiéndose en nuestras casas. Todo es puro y duro totalitarismo, pero es que como ya decía Hayek: " Totalitarismo es la nueva palabra que hemos adoptado para describir las inesperadas pero inseparables manifestaciones de lo que en teoría llamamos socialismo".
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