sábado, 14 de junio de 2008
Echemos la vista atrás
Hace un siglo y medio la ciudad de París tenía 1000000 de habitantes. Y en ese entonces un vasco maravilloso que se llamaba Bastiat escribió un ensayo sobre el abastecimiento de la ciudad de París. Y ese argumento nos vale mucho más ahora cuando las ciudades tienen muchos más millones de habitantes que entonces. Lo que preocupaba a Bastiat es cómo podían comer los parisinos. O sea, cómo era posible que todos los días 1000000 de personas pudiesen ser abastecidos. Llegó a la conclusión Bastiat y esa conclusión como digo nos vale ahora: que las sociedades modernas -ya entonces hablamos de una sociedad moderna, el siglo XIX-, son muy complejas, son muy delicadas, están unidas por tramas que no vemos y que tienen resultados eficientes puesto que seguimos comiendo aunque somos muchos más que los parisinos de entonces. Pero que al ser muy complicadas las nuevas sociedades, es delicado cuando los gobiernos intentan arreglarlas, intentan meterse con ellas e intentan armonizar intereses. Al final no lo consiguen y entonces cuando estallan tragedias o escándalos del tipo de la huelga de transportistas que estamos viviendo aquí en España enseguida pedimos al gobierno que haga cosas que no puede hacer.Por ejemplo, el gobierno va a subir el gasto público para salir de todo este lío y por descontado se sigue demostrando que El Estado, ese que presuntamente se presenta como protector de los derechos de todos, -a la vista de lo ocurrido con los mal llamados "Piquetes informativos" y el pinchazo de ruedas a los coches de las personas que quieren trabajar- no es capaz de garantizar esos derechos de todos.
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