lunes, 18 de abril de 2011

¿Fue sorpresa la crisis?





La crisis económica que vivimos fue una sorpresa para por así decirlo el cuerpo doctrinal ortodoxo. Por el contrario, esta crisis no ha supuesto tanta sorpresa para aquellos que nos hemos educado en la escuela austriaca de economía y hemos leído desde hace mucho a Mises, Hayek y a otros. Yo diría que la explicación de lo que ha sucedido no tiene explicación posible para el público: no hay teóricos que hayan aparecido para darles una explicación plausible de por qué ha ocurrido todo esto, pero claro que existen raíces para explicar que ha pasado y cuáles son las soluciones. Digo que esta crisis  no ha sido tanta sorpresa para los que conocemos la escuela austriaca, porque ya a principios del 2000, era fácil observar cuál era el crecimiento de la cantidad de dinero que había en circulación, no solamente en EEUU, también en Europa.  Hay que tener en cuenta que esas son las dos unidades -por así decirlo- de consumo y también de producción más importantes que hay en el mundo. En cuanto se empezó a percibir que las cantidades de dinero en circulación aumentaban a tasas mayores del 10% e incluso alcanzaban el 15% cualquiera podía entender que todo el crecimiento económico que se iba a producir a lo largo de los  años que venían, iba a estar fundamentado de forma fundamental en deudas a corto plazo, es decir, en la capacidad de los Bancos comerciales de crear dinero artificial, de crear depósitos. Esto es un hecho sobre el cual ya nos previno Mises en la Teoría del dinero y el crédito. La posibilidad de que  los Bancos que operan con un tipo de contrato muy especial, que es el tipo de contrato de reserva fraccionaria, que les faculta para recibir depósitos e inmediatamente prestarlos, hace posible que los Bancos creen un medio de pago que en realidad es una deuda.  En el momento en que en la economía puede haber algún problema, esos medios de pago no valen nada, porque son deudas que nadie va a poder devolver. El crecimiento muy acelerado de la masa monetaria anticipaba que lo que estaba pasando es que el dinero que crecía en la economía era principalmente deudas a corto plazo, por lo tanto existía el peligro muy cierto de que en algún momento las circunstancias económicas no fueran tan buenas y de repente ese sistema, todo ese castillo de naipes montado sobre deuda, se desmoronara sobre los Bancos y por tanto sobre el público.

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