miércoles, 27 de abril de 2011

Inside Job



Hace unas semanas llamaba un oyente al programa A Fondo de Radio Inter – en el que colaboro- haciendo alusión a un documental llamado Inside Job en el que se trata la crisis económica. Tengo que decir que lo he visto y no me ha gustado. Es un documental que tiene un problema fundamental y es que desde el principio, desde su título mismo lo que presume es que esta vez sí nos van a contar la realidad y esto es precisamente lo que no cuenta. Lo que hay desde el comienzo, en el que se habla de Islandia, es la idea de que lo malo es la desregulación, lo malo es la privatización, lo malo son los Bancos privados y las empresas privadas, las multinacionales… No hay ninguna objeción a las autoridades y si hay alguna es porque dependen todas ellas de las empresas. Esta idea de que las autoridades están controladas por los Bancos y las empresas las controlan. Hay una distorsión clarísima en ese sentido: todo lo privado es lo que aparece como corrupto, por ejemplo aparece incluso la prostitución y las drogas asociadas a los Bancos privados.  Hay algunos errores técnicos muy asombrosos: se critica por ejemplo a Ronald Reagan, porque todo es políticamente correcto. El bueno es por ejemplo Soros. Aparece Strauss-Kahn perorando sobre la codicia. Por descontado sobre la codicia ajena, no la propia.  Todos los buenos son burócratas ¿Por qué se critica a Reagan? Pues se le demoniza con la asombrosa teoría conforme a la cual el intervencionismo de las autoridades norteamericanas desde los años 30 garantizó un sistema financiero estable y seguro hasta los años 80. Al señor que ha hecho este documental habría que recordarle que el 15 de agosto de 1971 pasó una pequeña cosita: estalló el sistema monetario internacional. Ni una sola palabra de esto. En realidad no explica cómo funcionan ni el sistema financiero, ni los sistemas políticos. Por ejemplo habla de Fannie Mae  y Freddie Mac y  nunca dice que eran semipúblicas. Nunca dice que las autoridades tuvieron algo que ver con esto. Al final nos quieren hacer creer que todo lo malo que ha pasado es por la gente que hacía innovación financiera.  A veces transmite esa sensación el documental, la sensación de que si no hubiera habido derivados financieros no hubiera pasado nada. Como si los derivados financieros surgieran de la nada y no tuvieran que ver  con la expansión monetaria generada por el sistema monetario que es público y depende de las autoridades. Aquí no se explica nada de eso. Por tanto no es un documental correcto, es un documental políticamente correcto.

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