Tras el pacto económico y social tramposo firmado con los neofascistamente llamados Agentes Sociales, creo que hay que decir algo respecto a la CEOE. Las críticas a los Sindicatos son muy claras y muy dichas. No representan a los trabajadores y están subvencionados con el dinero del contribuyente, es decir, con dinero de todos. Se escucha menos alguna crítica en el mundo de la libertad a una organización como la CEOE y me parece un error. Los liberales debemos tener mucho cuidado con esto, ya que los empresarios, que han sido objeto de recelo por parte de los liberales desde Adam Smith, de un tiempo a esta parte adoptaron un lenguaje liberal. Han dicho en alguna ocasión que hay que bajar impuestos, que hay que reducir las cotizaciones sociales ¿Queremos los liberales que suban las cotizaciones sociales? Más bien no. Queremos que se reduzcan o que desaparezcan. Parecería por tanto que los liberales tendríamos que acercarnos a los empresarios, pero mucho cuidado con esto. Cuando llegó la crisis todos los organismos empresariales salieron diciendo que: “Esto del mercado está muy bien pero no ahora”. Todos dijeron esto, empezando por la CEOE. Comentaron que el mercado es para cuando van bien las cosas, cuando van mal hay que ir por el camino de la ayuda, la protección y la subvención. El actual Presidente de la CEOE -que antiguamente se autodefinía como hayekiano- ahora no sólo preside un organismo que pagamos todos sino que ha dicho que “Hay que hacer reformas para salvar al Estado del Bienestar”. Si hay que hacer reformas y de mucho calado es precisamente para acabar con el nefasto resultado del Estado del Bienestar. El Estado del Bienestar es un sistema de coacción. Por tanto los amantes de la libertad debemos tener mucho cuidado en entusiasmarnos con el lenguaje empresarial.
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