lunes, 5 de marzo de 2012

Bruselas





 El asunto de la relación del ejecutivo con Bruselas me parece que se está convirtiendo en una cortina de humo. Podríamos entrar a ver que expectativas hay sobre España y todo eso, pero en general yo pienso que hay un entendimiento tácito de tratar bien a Rajoy, porque Rajoy ha dado muestras de cambio y eso es lo que tranquiliza a los tomadores de decisiones en Bruselas. El problema es hacia dentro, no hacia fuera. Y Hacia dentro yo creo que no solo existe un problema político, que es el del Estado Central con las Comunidades  Autónomas,  también existe un problema de fundamento económico.  Montoro y los demás siguen hablando de no tocar esa cosa que llaman los derechos sociales, que no olvidemos que están en manos de las Comunidades Autónomas.  Como no se aborde el gasto de las Autonomías en las partidas importantes, el problema inmenso persistirá. El problema es la expansión del gasto educativo, del gasto sanitario, de las subvenciones a la energía, a la dependencia…  si hay la decisión firme de no tocar eso, ya no solamente de no reducir servicios, si no además no tener la idea de aproximarlo a un sistema de semiprecios como el copago, entonces hay un doble problema.  Esto no es obedéceme y no seas díscolo, si no que además rebaja esto sin rebajar servicios, y eso es imposible.  Podría pensarse que la carrera hacia el precipicio que hicieron Solbes y Zapatero paró ahí. En ese sentido podríamos decir que la expansión del gasto público paró en el 2010. Pero no su reducción, que es lo que se prometió.

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