jueves, 15 de marzo de 2012

Impuestos y Estado del Bienestar








El gobierno ha tocado el impuesto más distorsionante que puede haber sobre la asignación de recursos escasos, que es el IRPF. Están buscando la progresividad.  Están buscando la distribución de la carga impositiva hacia los malditos ricos.  No se podría distorsionar más.  Si hay que subir los impuestos  - que yo creo que no-  debería ser uno que afecte por igual a todo el mundo.  Eso también sería distorsionante, pero menos de lo que llevan hecho hasta ahora.  Así que a mi me gustaría que nos explicaran sobre qué es el impuesto que están buscando.  El interés de todo esto reside en la partida de ajedrez que el gobierno está jugando con la opinión pública con el calendario de elaboración de los Presupuestos.  No se le puede meter mucha prisa, entre otras cosas porque ellos tienen un argumento bastante sólido, que es: cuidado, nosotros llevamos aquí muy poco tiempo, los Presupuestos se tardan mucho en hacer, hay un ciclo presupuestario larguísimo y nosotros no tenemos  que presentarlo en dos días. Por lo tanto ellos tienen legitimidad para hacer eso.  Me imagino que lo que estamos haciendo un poco todos es especular sobre las conjeturas que tienen en la cabeza Montoro o De Guindos, las elecciones andaluzas y todo lo demás. Me parece bastante legítimo y relevante que se hable de ello: ¿Por qué no se afronta todo esto desde el punto de vista político-económico?  Porque es verdad que el gobierno no tiene una página de Excel que diga el 10% de tal partida de gasto se suprime, pero lo que sí puede hacer por ejemplo es apretarle las tuercas a las Comunidades Autónomas  y a si mismos.  Sin un cambio en la relación entre gobierno central y Comunidades Autónomas esto no va a funcionar.  Los españoles tenemos que empezar a darnos cuenta que no podemos tener unas Administraciones Públicas del tamaño de las que tenemos: con unos excesos, sobrecostes en personal, con duplicaciones, con todo tipo de estructuras y no pagarlo.  Si queremos tener este Estado del Bienestar gestionado así  - que no hace falta tener este ni gestionarlo así-  no hay más remedio que pagar.  La gente que se llena la boca con el Estado del Bienestar, en el mismo discurso tienen que explicar cómo se defiende eso, que como digo no es de otra forma que pagándolo.  O cambiamos el Estado del Bienestar y su manera de gestionarlo, y eso quiere decir: copagos, una Administración mucho más adelgazada con cualquier despilfarro y sobrecoste fuera, privatizando servicios públicos,  entrando en la educación pública  y pensando de verdad si hay exceso de personal o no, entrando en la sanidad pública y haciendo una auditoría y viendo si son suficientemente productivos los equipos médicos, los equipos sanitarios, cuánto personal tienen, los medicamentos…  o hacemos esto o difícil solución hay.  Va a ser un cambio muy lento. De lo que estamos hablando es de la cultura preeconómica. Si esto que  defendido lo dijera  en un foro político, me cortarían la cabeza en el minuto uno ¿Por qué? Porque todo lo que vengo defendiendo se percibe como un derecho. Aquí no hay un servicio a cambio de un precio, hay un derecho. Y esto viene de muy lejos. Es algo que hay que ir cambiando poco a poco, porque de la noche a la mañana no se va a hacer. Tenemos ejemplos: sin salir del tema del pago de las facturas hay que fijarse en los argumentos que se emplean. Montoro ha dicho que la operación para pagar a los proveedores va a permitir que no se destruyan entre 75000-100000 empleos. Mi pregunta entonces es: ¿Por qué no lo hacemos muchísimo más grande y así ya no se destruye ningún empleo? Pues muy fácil,  porque ese dinero tiene un coste de oportunidad y no se puede presentar el asunto así. La manera correcta de presentar eso sería decir: esto es una excepción al programa que estamos haciendo,  esto tiene un coste y no se olviden que estos 35000 millones es posible que mantengan a ese número de personas empleadas, pero que sepan que tiene un coste de oportunidad muy alto. Y sin embargo esto no se dice.  La pregunta que no se hacen es: ¿A qué funciones tienen que renunciar los Ayuntamientos y las Comunidades  Autónomas  para poder pagar esas facturas?  En definitiva, el resto de España tenemos que aprender  por ejemplo de Cataluña con el copago y Cataluña tiene que aprender de Madrid la liberalización de los horarios comerciales.  Es una de las grandes ventajas  de tener distintas opciones y alternativas.  Yo aplaudo la valentía de los catalanes  - es verdad que obligados por la extrema precariedad de sus finanzas- al atreverse con el copago  y yo creo que nos están mostrando el camino que vamos a seguir todos los demás y que deberíamos adoptar cuanto antes y a ser posible de una manera ordenada y con el beneplácito y el liderazgo de la Administración Central. Y el resto de España debe aprender de la Comunidad de Madrid con la liberalización de horarios comerciales.  Esto es lo que deberíamos hacer todos.

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