lunes, 13 de octubre de 2008
Los socialistas de todos los partidos
Hablando de Premios Nobel me acuerdo de uno que se llamó Hayek que acuñó una expresión hace muchísimos años cuando habló de " Los socialistas de todos los partidos". Hacía referencia a un fenómeno que acabamos de volver a ver por la crisis, sin ir más lejos en España. Y es que, como ya nos decía Hayek, en esencia las diferencias entre los gobiernos y entre los partidos políticos son diferencias menores y a la postre son socialistas en el sentido de que son antiliberales, es decir, que pretenden resolver los problemas sobre la base de que la libertad los crea y de que el intervencionismo los resuelve. Y al final en esto están todos conformes. Yo no estoy muy seguro de que Zapatero cuando nos habla de este plan de rescate español se entere de lo que dice. Sería bueno al menos distinguir tres niveles distintos de intervención del Estado en la Banca: una es la intervención clásica, que es la intervención de la liquidez. Para eso se inventaron los Bancos Centrales, eran prestamistas de última instancia para resolver problemas de liquidez, lo era para pedir que ningún Banco quebrara en ningún caso. Esta es desde el punto de vista de la economía más liberal la intervención menos detestable, la más admisible sí se quiere. Hay un segundo nivel de intervención: el nivel de préstamo. Es cuando el Estado interviene para prestar o para que el Banco preste. Esto ya es una situación complicada porque ya se está metiendo no con un problema de liquidez sino con un problema de solvencia de los Bancos. Entonces puede que haya Bancos o Cajas a las que no hay que darles dinero para que presten, porque han hecho una mala gestión y lo que habría que hacer es asegurar los depósitos para que no haya víctimas inocentes de esto pero cerrarlos. Y el tercer nivel es el máximo nivel, en donde la intervención no es ni para garantizar la liquidez, ni para prestar a los Bancos sino para ocuparlos. Para ocupar el capital de los Bancos, para que la Banca sea pública digamos o más o menos pública. Yo creo que los tres son distintos y los ciudadanos y contribuyentes mereceríamos una explicación muy clara de a donde va a ir el dinero. Y por último hay que hablar de los costes: porque tal como nos lo cuentan parace una inversión maravillosa. Parece una cosa perfecta. El Estado emite deuda, entonces consigue dinero de unos señores que le dan dinero a cambio de unos papelitos. Este dinero el gobierno lo utiliza para alguna de estas tres misiones de las que ya hemos hablado, como se queda con una serie de activos el gobierno después los vende y los vende a un precio más alto del que los compró. O durante ese periodo obtiene rentabilidades de esos activos que incluso pueden ser mas elevadas que lo que le va a costar la deuda, que es en principio claro está, los intereses. Sobre eso hay que decir que no sabemos lo que va a pasar en el futuro. Lo que sí tenemos claro es que lo que inmediatamente tiene esto son costes. Esa deuda incrementa el volumen de intereses y el Estado va a tener que aumentar los impuestos para pagar esos intereses. Y después hay una pequeñita cuestión: que es la noción quizá más importante de la economía que hay que explicarla una y otra vez, que es lo que se llama el coste de oportunidades. Y es que cuando el gobierno está gastando un dinero está impidiendo que lo gasten otros. El gobierno no puede inventar la riqueza. Lo que hace con su intervención, porque tiene esa capacidad de coacción es redistribuir los recursos. Pero no nos olvidemos nunca que existe siempre la posibilidad de que la riqueza permanezca en las manos de la gente, que igual la podría utilizar mejor que el Estado.
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