martes, 10 de enero de 2012
Había alternativa
Hay una cosa interesante en la entrevista a Rajoy de la Agencia Efe. Atribuimos a los políticos una capacidad muy grande de mentir. En realidad no mienten, la realidad es que no tienen ningún principio que no sean capaces de violar por su propio interés. Uno puede decir ahora: Rajoy es un mentiroso porque ha subido los impuestos. No estoy seguro que esto se pueda decir, de lo que sí estoy seguro es que dijo una cosa y ha hecho la contraria. Es decir, tiene un discurso que carece de contenido. Esto de que era inevitable la subida de impuestos y que no había alternativa a la misma no es verdad y él sabe que no es verdad. Entonces el lenguaje que usa es elusivo y en realidad quiere decir otra cosa. Lo que quiere decir Rajoy es: claro que teníamos alternativa de no subir los impuestos, pero si no hubiéramos subido los impuestos teníamos que bajar los gastos hasta un nivel que a mí me costaba políticamente más que incumplir mi palabra y subir los impuestos. Esta es la forma de entender esto. Yo comprendo que esto puede ser desilusionante para todos aquellos que se habían ilusionado con la política, actividad que no hay que practicar porque es extremadamente inadecuada, es mucho más interesante analizar su conducta. En la política impera la regla de que todos los principios que tú enuncias los puedes violar ante determinadas circunstancias y siempre tendrás excusas. Por ejemplo la excusa que usa Rajoy es: si no subo impuestos tengo que congelar pensiones y tocar el subsidio de desempleo. Esto además es falso, porque existen esas opciones y muchas otras. El juego de estaba tan arrinconado que no podía hacer nada, en el fondo es decir: que nadie me critique porque no tenía más remedio. Lo que ocurre es que esto abre un territorio peligroso para los gobernantes, porque al final uno acaba diciendo: y entonces ¿Qué más da quién esté en el gobierno?
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