Como
principio de método los economistas no deberíamos tener ninguna expectativa sobre
los políticos. Con lo cual esperar cero de ellos. Ellos tienen su propia
función y objetivo. Dicho lo cual, mi
impresión de las medidas tomadas hoy es a grandes rasgos positiva y no me he
llevado sorpresas. Cualquiera que me siga sabe que ante las numerosísimas
negaciones sobre la subida del IVA, llevo mucho tiempo diciendo que antes o
después iba a subir. Esta es la parte incompleta y peor probablemente del
paquete de medidas, ya que debería venir acompañada de una clara bajada del
IRPF y de una reducción también clara de las cotizaciones sociales. Hay que
seguir por el camino de la reducción del gasto y del sector público. Tenemos
que sentarnos y ver el Estado que nos podemos permitir, y cuando digo Estado me
refiero a todas las Administraciones del Estado. Tenemos que sentarnos y pensar
qué debe y qué no debe hacer la Administración. No podemos tener una economía
que subsidie el paro en vez de incentivar y facilitar la creación de empleo. Ha sido la primera vez que se ha empezado a
afrontar el problema, aunque falta el gasto autonómico, que tendrá que llegar
más tarde o más temprano. Me parece que esta es la manera de empezar ¿Cómo va a
continuar? No lo se, pero yo creo que lo último que nos debería preocupar es la
pena por el electorado que va a ser el protagonista de estos ajustes. No nos olvidemos que este es el mismo
electorado que eligió a los anteriores equipos autonómicos y nacionales y que
por tanto los ajustes tienen ahora que volver adonde realmente pertenecen: al
electorado. Este va a ser un camino duro y difícil, pero es necesario y esta es
la senda que hay que seguir. Reitero:
mis próximos pasos serían bajar IRPF y cotizaciones sociales y meterme de lleno
en el peso y la grasa del Estado. Por
algo se ha empezado, ahora hay que seguir.
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