Hay una cosa
que está clara: hay una gran lentitud a la hora de reducir el gasto público en
este país. Además hay otra cosa, no solamente es recortar el gasto público, es
hacer reformas en los mercados. Hace poco escuchaba unas declaraciones del
Presidente de la Patronal hotelera. Cualquiera que haya estudiado economía e
Historia de la teoría económica sabe que la primera cosa que hay que aprender
es que jamás hay que fiarse de los testimonios empresariales sobre las
condiciones del mercado dichas por los precios.
Estamos en un contexto en el que los precios de los Hoteles están
subiendo. La demanda está bajando y los precios hoteleros suben. Esto es común al sector de los automóviles,
de los textiles… es decir, tenemos un sistema de precios que sigue subiendo a
pesar de que la demanda agregada cae constantemente. Tenemos que preguntarnos ¿Qué es lo que no se
está haciendo para flexibilizar los mercados?
No solamente es cortar el gasto público. Es introducir reformas que
hagan nuestra economía más flexible para que los precios caigan. Tenemos que tener una depreciación interna de
nuestra economía y eso no está pasando.
Entiendo todos los obstáculos legales: hay que enfrentarse a los
nacionalistas, hay que enfrentarse a las autonomías incluso no nacionalistas,
que se han vuelto también nacionalistas en el aspecto económico, hay que cerrar
la Embajada de Cataluña en la Quinta Avenida de Nueva York… ese tipo de cosas. Hasta que eso no se afronte con decisión la
gente que está prestando dinero a España dirá que a menos del 7% nada. Esta es una batalla de ideas que va a costar
ganar, pero hay que darla. Por ejemplo,
hoy por hoy sigue habiendo gente incluso en el campo económico que está en
contra de la eliminación, privatización o como queramos llamarlo de Correos
¿Alguien conoce un dinosaurio más redundante que Correos? Hay cosas que no son defendibles, por ejemplo
las miles y miles de empresas públicas existentes. Esto sería un buen comienzo para decirle a la
gente: mire, vamos a establecer copagos, tasas, un sistema cercano al sistema de precios y va a ser muy
doloroso, pero vea usted como estamos eliminando empresas públicas. Eso si está al alcance de los políticos y sin
embargo actúan con pies de plomo. Es como si no quisieran dar ese paso. Creo que es más fácil eliminar empresas
públicas que cerrar la Embajada de Cataluña en la Gran Avenida de Nueva York.
Yo creo que las prisas deberíamos de metérselas en ese sentido.
lunes, 9 de julio de 2012
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