Expansión ha sacado un desplegable sobre la historia gráfica de la Bolsa española. El desplegable es enormemente ilustrativo respecto a la historia de nuestra Bolsa. Lo que se puede apreciar es que la Bolsa tiende a subir históricamente. Tiene altibajos: pensemos en los años 70 cuando bajó, en los años 80 donde experimentó una gran subida, en los años 90 tendió a estabilizarse. Subió a medida que progresaba la década de los 90 y por descontado subió en los últimos años, hasta 2007 donde bajó y ahora ha vuelto a subir. Pero tomemos la inversión en Bolsa como la tomaría un ahorrador, es decir, la persona que invierte en Bolsa y permanece con una cartera. Si tomamos cualquier tramo más o menos prolongado, digamos de 15-20 años -hay gente que ahorra a largo plazo-, en todos los casos y en todas las épocas le habría convenido a la gente invertir en Bolsa. Por tanto se me ocurre plantear una idea : ¿Y si el Estado en lugar de quitarnos el dinero a la fuerza por la Seguridad Social nos lo hubiera dejado? ¿Y si nosotros lo hubiéramos invertido de manera más o menos racional en la Bolsa? Puede que tuviéramos una pensión más alta que la pensión que vamos a tener del Estado.
lunes, 30 de mayo de 2011
domingo, 29 de mayo de 2011
Solidaridad
Este es un concepto que ha sido muy prostituido por el pensamiento único y políticamente correcto. Se nos ha querido decir que solidaridad son cosas como: el 0,7%, la ayuda al desarrollo… esto es falso. El 0.7% nunca puede ser solidario, ya que es un impuesto. Si la solidaridad se caracteriza por algo es por su voluntariedad. No es una cosa obligatoria. Políticas como el 0,7% o la ayuda al desarrollo son como digo políticas impuestas y el dinero que suponen pasa a los bolsillos de los gobernantes de esos países pobres a los que presuntamente se quiere ayudar. Gobernantes en muchos casos de carácter totalitario. Lo que tenemos en nuestro tiempo es que la invasión del Estado sobre la libertad ciudadana se hace por motivos éticos. Si nos fijamos todo está lleno de palabras éticas: ayuda, solidaridad… todo está pensado como si la política sustituyera a la moral, cuando en realidad son contradictorias. La política es la coacción y la moral no puede ser obligatoria. Uno de los modelos de solidaridad es El buen samaritano: la historia del judío que es asaltado y apaleado y es abandonado a un costado del camino. Pasan un sacerdote y un levita y lo ignoran y pasa el samaritano y se ocupa de él. Esto lo presenta Jesús como el modelo de lo que hay que hacer.
Ahora imaginemos la misma escena, el mismo judío apaleado, el mismo samaritano, pero con un centurión romano en el medio que obligue al samaritano a ayudar al judío. El efecto podría ser similar, sin embargo la virtud desaparece, porque la virtud necesita la libertad.
sábado, 28 de mayo de 2011
Luis Ángel Rojo
Hay que hacer un contraste tratando la triste noticia de la muerte de Luis Ángel Rojo. Luis Ángel Rojo ha sido uno de los economistas más influyentes de nuestro tiempo. Entre los méritos que se le han destacado en los últimos días con mucha razón, hay uno que me gustaría abordar y es que formó parte del grupo de economistas que consiguió cambiar la política económica de este país. A finales de los años 50 la dictadura franquista agotaba 20 años de una política económica nefasta, hiperintervencionista en el plano microeconómico, proteccionista hasta la autarquía, verdaderamente un disparate y sus resultados fueron los propios de este tipo de políticas: un empobrecimiento relativo y un atraso relativo de España respecto a otros países de Europa. Por fortuna a finales de los 50 se produce esta reforma económica que en esencia marcó unos trazos de política económica que no han terminado por suerte. Una política económica de control de la inflación y de apertura de la economía y ese proceso como digo nunca terminó. Estamos pasando una crisis terrible, hemos pasado otras crisis también en el pasado y sin embargo en ninguna de ellas se calló en la tentación de volver a los errores que habían caracterizado esos primeros 20 años de la dictadura franquista. Nunca se volvió a la autarquía, al proteccionismo, a ese intervencionismo microeconómico que llegaba a extremos ridículos de manipulación de precios, manipulación de mercados, permisos para importar… era un auténtico disparate. Nunca se volvió a eso y en ello tienen mérito un puñado de economistas, entre ellos el joven Luis Ángel Rojo. Y se puede hacer un contraste con los Chicago Boys, Los economistas de Chile de la época de la dictadura de Pinochet. Lo que la gente no sabe es que la dictadura de Pinochet empezó aplicando una política económica muy intervencionista, que obviamente dio muy malos resultados. A los pocos años un pequeño grupo de economistas, se les llama Chicago Boys, pero no eran todos de Chicago: por ejemplo el que consiguió reformar las pensiones, las privatizó y aplicó una privatización tan buena del sistema de pensiones que cuando afortunadamente llegó la democracia a Chile no han tocado ni una coma de esa reforma, fue un hombre de Harvard: José Piñera, por cierto, hermano del actual Presidente de Chile. Ellos hicieron lo mismo. Consiguieron convencer al gobierno dictatorial de Pinochet de que se estaba equivocando y tenía que cambiar su política económica y lo hizo. El resultado fue un país que empezó a crecer, empezó a abrirse al mundo y en ambos aspectos tampoco terminó ese proceso. Cuando por suerte se acabó la dictadura y vino la democracia a Chile, ese país siguió creciendo, siguió teniendo una economía abierta, siguieron controlando la inflación… sin embargo mientras que nosotros con razón elogiamos a este grupo de economistas españoles en los que estaba Rojo y gente mayor que él: Fuentes, Varela incluso gente con más edad como Alberto Ullastres, grupo de economistas que hicieron un gran servicio a nuestro país, mientras salvamos a estos, somos muy críticos con los llamados Chicago Boys y no deberíamos. O bien somos críticos con ambos o bien somos elogiosos con ambos. Pero no podemos criticar a unos y alabar a otros, ya que en esencia lo que hicieron fue prácticamente lo mismo: estaban en un régimen dictatorial que estaba aplicando políticas económicas malas y consiguieron convencer al régimen para que cambiara su tono.
Esto me hace recordar la visita que hizo Milton Friedman a Chile. Estuvo una vez con el dictador Pinochet y cuando terminó la entrevista, Friedman le dijo al dictador que lo que tenía que hacer era abrir la economía, controlar la inflación y privatizar las empresas públicas. Friedman le escribió una carta al dictador chileno y esa carta es pública, porque Friedman la incluyó en un apéndice de su último libro que escribió con su mujer Rose Director. Cuando Friedman vuelve de Chile había una manifestación en el aeropuerto de Chicago insultándole y diciendo que cómo es posible que asesorara a una dictadura. Cuenta Friedman con enorme ironía que años después fue a China. Los dictadores comunistas chinos le preguntaron qué había que hacer en China y Friedman les dijo lo mismo que había dicho en Chile: controlar la inflación, abrir la economía, reducir el Estado y privatizar empresas públicas. Cuando volvía a Chicago desde China, en el avión pensaba en la manifestación que se iba a encontrar a la bajada del avión. No había nadie. Con lo cual parece que juzgamos de manera no igual o no demasiado correcta a los economistas.
jueves, 26 de mayo de 2011
Libertad económica y libertad política
Uno de los pasatiempos favoritos de los economistas es el subrayar la importancia de la libertad como factor de crecimiento y prosperidad. Luego está también la libertad política. Algunos progres suelen decir: podemos tener libertad política sin libertad económica. Esta idea es una estupidez y una falacia. La idea fundamental es que son dos caras de una misma moneda. El proyecto de intentar fundir derechos de propiedad garantizados, bien establecidos y cuyos titulares pueden intercambiarlos libremente, no sólo es fuente de libertad económica, es fuente de libertad política. El camino hacia una sociedad libre tiene varias vías: primero un Estado de Derecho en condiciones, una protección eficiente de los derechos de propiedad, un incremento de la propiedad privada de los medios de producción. Todavía hoy no todos los medios de producción son libres. Y libertad de entrada y de salida en los mercados, competencia y libertad de comercio. La diferencia es que se puede tener libertad económica sin libertad política. El plan de estabilización de los 50 en España cambia la filosofía central del régimen franquista. El plan de estabilización del 59 donde aquellos parcos barones establecieron la libertad de intercambiar, la liberalización del sistema… convirtió al franquismo en un elemento biodegradable. En realidad la libertad económica erosiona y de hecho erosionó al despotismo de los gobiernos y al final acaba llamando a su lado a la libertad política. Si se pone primero mercado luego la libertad política vendrá como en el Evangelio: por añadidura. Cuando se deja que la gente compre y venda libremente, pasa esto. Hay que tener en cuenta que el franquismo tardó diez años en quitar la cartilla de racionamiento ¿Cuántos años lleva la dictadura cubana para quitarla? Las pocas dosis de libertad de los sistemas despóticos habían venido siempre porque habían erosionado a través de la libertad del Estado. El problema es que no puede haber, o no se conoce o es muy difícil encontrar escenarios con libertad política sin libertad económica. La libertad económica es fuente independiente de poder frente al poder despótico del gobierno. El problema es que la libertad económica está relacionada también con lo que yo llamo el tamaño óptimo del Estado. Yo tengo la idea de que el tamaño óptimo del Estado anda alrededor del 10% ¿Por qué? A finales del Siglo XIX el gasto público de Inglaterra que lideraba entonces el mundo económico, estaba en torno al 10%. En EEUU antes de la Gran Depresión el gasto público estaba en torno al 10%, en Hong Kong antes de que pasara a China estaba en torno al 10-15%. El problema del tamaño del peso del Estado no es sólo el gasto público sobre PIB, es que el gobierno tiene un tamaño grande también por las reglas, por las intervenciones, por la maraña de las veces que mete la mano en el tejido privado. En definitiva, los factores que efectivamente son factores de libertad son: una política comercial, una falta de intervención del Estado, una moneda estable, libre movilidad de factores, libertad de precios y salarios, seguridad jurídica de los medios de propiedad, desaliento del exceso de regulación y un mercado negro cuando hay leyes imbéciles para poder prestar los servicios voluntarios.
miércoles, 25 de mayo de 2011
Liberalismo frente a socialismo
Tenemos algunas lecciones que aprender los liberales de esta crisis económica. Hay que decir en primer término que la crisis ha sido menos dañina en algún aspecto para las ideas liberales de lo que podíamos haber concebido a primera vista. Las crisis como las guerras, son letales para la libertad, son llamaradas hobbesianas. Todo el mundo acude corriendo al Estado, todo el mundo está predispuesto a echarle la culpa a la libertad de todos los males y poco predispuesto a pensar que los gobiernos y las autoridades son los responsables de lo que nos está pasando. Ahora ya nadie quiere cambiar el capitalismo, todo el mundo quiere salvarlo, todo el mundo quiere mejorarlo, nadie quiere volver a un sistema socialista. La mala noticia es que el mensaje liberal no acaba de calar y no termina de calar en ninguna parte ¿Por qué ocurre esto en mi opinión? Las ideas liberales son muy difíciles de vender porque todavía seguimos aferrados a la idea de que la política es la protagonista de los cambios sociales. Y además el liberalismo no es de sentido común. El socialismo es de sentido común. El socialismo invita a cosas que son razonables, que son visibles, que son tangibles. En cambio el liberalismo tiene poco de sentido común. El liberalismo tiene mucho de modestia, de aceptar cosas que no se ven. Todas las metáforas en economía son falsas, incluida la metáfora de la mano invisible de Adam Smith, porque sugiere que hay alguien que maneja la economía. La idea de mano es manejar o manipular. Lo más importante de la metáfora no es el sustantivo, sino el adjetivo. Es que es invisible y si es invisible no fastidie usted. Sea usted modesto a la hora de aceptar las cosas que usted puede o no puede hacer. Por eso por cierto, el tan poco valorado Bastiat superó a Adam Smith en este asunto. Se olvidó de la mano, habló de lo que se ve y lo que no se ve. Pero el sentido común es como digo socialista. La explicación liberal de decir por ejemplo que un país es pobre porque tiene un marco institucional que no garantiza la propiedad privada y la seguridad jurídica y las inversiones, en la mitad de esa explicación se te ha ido la mitad de la gente con el socialista que dice que hay que ayudar a esos países, que hay que poner un impuesto y darles dinero. Una vez un eurodiputado dijo que se podían arreglar muchas cosas en Europa si solamente el Estado nos quitara el dinero equivalente a un café por día. Y decía: ¡Pero que es un café hombre! Y ese es el sentido común. El sentido común va en contra de las ideas liberales que son más modestas, aceptar cosas que no entendemos, que no vemos, que no son racionales. Lo fundamental es que el liberalismo resulta inaceptable por su pasividad, su modestia su cautela. Además al liberalismo se le achaca un hándicap ético. El liberalismo está asociado con vicios: el egoísmo, el consumismo… y esto es difícil de contrarrestar, porque los defectos empíricos de la intervención política son apreciables, con lo cual su lógica es debatible desde ángulos liberales. Hay gente que percibe que toda esta humareda progresista es costosa en términos de impuestos y humillante en términos de un control creciente sobre la vida de los ciudadanos. Hay personas, muchos de ellos socialistas, que han observado desde hace tiempo que el mercado es más eficiente que el Estado, pocos hoy defienden el comunismo como vía óptima para lograr la prosperidad de los pueblos. Sin embargo, la prima ética del socialismo persiste. Günter Grass se avergüenza de haber sido nazi. No muchos se avergüenzan del comunismo o el socialismo real, el sistema más criminal que jamás haya sido perpetrado contra los pueblos de este planeta. Sigue estando presente como digo esta idea de que en principio si uno no es liberal, uno tiene una prima ética. Se supone que si uno es socialista, es decir, intervencionista, uno es una buena persona, partidaria de los desfavorecidos y de la paz universal. No hay nada que valide semejante patraña, pero sigue adelante. También este discurso ha sido integrado por sus supuestos adversarios. Por ejemplo en EEUU los Republicanos acuñaron la increíble consigna del “Conservadurismo compasivo”. A un socialista jamás se le ocurriría adjetivar así su doctrina, él sabe que es compasiva, generosa, justa y solidaria. Igual que sabe que el capitalismo es “salvaje” pero el socialismo no, o que la gente está “abandonada en el mercado” pero no en el Estado. O que el prefijo ultra se ajusta al liberalismo pero nunca al socialismo. Los no socialistas en cambio, tienen que justificarse. El liberalismo vivaquea extramuros de las opciones políticas, que sólo lo integran en dosis análogas e instrumentales. “El mercado es bueno para producir, pero después tiene que venir el Estado para distribuir” y demás lemas intervencionistas al uso suelen escucharse con mucha frecuencia. No se plantea una defensa popular sin concesiones de la libertad, con lo que muchos posibles amigos de esta causa perdida hunden la cerviz ante las confortables alternativas del centrismo, que en todas las atalayas desde las cuales se pretende seducir al electorado, propician combinaciones variables de los dos elementos que hace siglo y medio el gran Bastiat, liberal resistente, proclamó que no se pueden combinar: la libertad y la coacción.
martes, 24 de mayo de 2011
Dos críticas
La crítica en este caso española es para un editorial de El País sobre el FMI a partir de su actual crisis. El editorialista incurre en un tópico en el que no se debe caer, que es la idea de que el FMI era una institución ultraliberal y por suerte quedó reformada con Strauss Kahn. Yo no sé muy bien que significa el ultraliberalismo, tampoco sé que es el neoliberalismo, pero si ultra es profundizar lo que es el liberalismo, el FMI no ha sido ultraliberal nunca, de hecho, no ha sido ni liberal. El FMI es una burocracia donde mandan los políticos, que está nutrida del dinero de los contribuyentes de todo el mundo, en particular de los países desarrollados y que cada vez que han encontrado una crisis económica ha pedido que se suban los impuestos. Si esto es para el editorialista de El País ultraliberalismo, se lo debe hacer mirar.
Otra crítica va para un columnista del Daily Telegraph que se llama Rooger Bootle. Dice en un artículo que la economía es demasiado importante para dejarla en manos de los académicos. Es una crítica a la economía académica. Me parece que la crítica está bien en el sentido de que los académicos se equivocan mucho y la mayor parte fueron incapaces de prever la crisis económica, pero pone mucho énfasis en una crítica que es muy habitual en economía y que yo creo que es una crítica equivocada: es la idea de que las matemáticas han apartado a la economía de su necesario vínculo con la realidad. Esto es un fenómeno que tiene una base real en el sentido de que en los últimos 100 años, muy particularmente en los últimos 50, la ciencia económica ha adquirido un grado de matematización muy considerable. Los viejos economistas escribían para el gran público: Adam Smith, incluso Alfred Marshall que era matemático de Cambridge, Pareto, incluso hasta John Hicks a finales de los años 30 escribió un libro famoso llamado “Valor y capital” dónde metía las matemáticas en un apéndice, con la idea de que cualquier persona ilustrada y desde luego cualquier economista pudiera leerlo. Desde entonces, desde los años 40, empezando por Samuelson, la economía adquirió una matematización creciente. Rooger Bootle piensa que esto es malo porque aparta a la economía de la realidad. Yo creo que esto es equivocado. Las matemáticas son un lenguaje y son una forma muy poderosa de razonar, por tanto, no deberíamos echarle la culpa. La culpa si acaso la tendrán las teorías económicas. Hay teorías económicas equivocadas y a esto sí que hay que echarle la culpa.
lunes, 23 de mayo de 2011
Victoria aplastante del PP
La victoria electoral del PP no se puede calificar de otra manera que no sea con este calificativo: aplastante. Las elecciones municipales y autonómicas nos dejan algunas lecturas muy interesantes. En primer lugar que movimientos cómo #nolesvotes o Democracia Real Ya, han tenido una influencia nula en lo que al voto de la gente se refiere. Frente al más Estado que piden estos movimientos, la gente ha votado por lo contrario. Se ha votado por más libertad y menos intervencionismo. El Presidente Rodríguez ha dejado a su partido al borde de la desaparición en lo que a influencia se refiere. El mapa de España se vuelve azul, con la única excepción de Extremadura y por los pelos. Los resultados de Castilla La Mancha y de Andalucía, donde el PP gobernará en todas las capitales de provincia, supone que entren en las listas del paro mucha gente colocada a dedo. Mientras las acampadas en Sol siguen y están suponiendo un peligro serio para España, ya que nuestra prima de riesgo aumenta. Por tanto, la lectura de estas elecciones tiene que ser en términos generales positiva, ya que como digo se ha votado por más libertad y menor intervencionismo, justo lo contrario de lo que se pide en Sol. Sólo una persona tiene que hacer una lectura diferente en estas elecciones incluso habiéndolas ganado: Alberto Ruíz Gallardón. El que seguirá siendo Alcalde de Madrid y al que se le veía muy contento en el balcón de la sede de Génova ha perdido tres concejales. Yo si fuera él me lo haría mirar, puede que imitar las políticas socialistas en lo que se refiere a saquear al ciudadano, aumentar el gasto y subir los impuestos no guste tanto a los madrileños como el Alcalde piensa. Por otra parte estas elecciones nos deberían llevar a otras. El Presidente Rodríguez debería ver que sus políticas ya no tienen ningún tipo de respaldo, en todo caso no adelantará las elecciones, aguantará hasta el final en el poder, que es lo que le importa. En definitiva como digo, estas elecciones han supuesto un claro voto de castigo para las políticas socialistas- intervencionistas y que molestan al ciudadano y se ha votado por políticas que molestan un poquito menos. No está mal.
jueves, 19 de mayo de 2011
¿Qué proponen en Democracia Real Ya?
Desde luego que hay muchas razones para la indignación en España. La tasa de paro juvenil en nuestro país es el 43%. Se habla de una generación perdida. La solución que está proponiendo el movimiento Democracia Real Ya es el socialismo. El socialismo es el que más miseria ha creado a lo largo de la historia, más ha cercenado la libertad y más víctimas ha provocado. Hay que ver como digo qué soluciones propone este movimiento: en primer lugar expropiación de la vivienda y por tanto no reconocimiento de la propiedad privada, nacionalización de la Banca… cuando se ha nacionalizado la Banca, por ejemplo en México, se han generado infinidad de problemas. Afortunadamente se reprivatizó y la compró la Banca española y empieza a funcionar ¿Qué más se pide?: Más gasto público, subir los impuestos, que es el mejor mecanismo para no crecer. Si tú incrementas los impuestos sobre fortunas lo que se te va es la inversión. Si tú estableces la Tasa Tobin acabas con el comercio. Por tanto, las soluciones que proponen significan más miseria.
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