Cuando se habla de capitalismo hay que distinguir entre dos fenómenos distintos: en primer lugar el mercantilismo y en segundo lugar la economía de mercado. Una cosa es el mercantilismo, en el cual hay propiedad privada de los medios de producción, pero no hay competencia en el mercado económico. Se compite en el mercado político, por el favor del Presidente, del Parlamento…
La economía de mercado por el contrario es un tipo de capitalismo en el cual hay competencia. Es decir, no solamente tenemos propiedad privada y empresa privada, sino la obligación de competir. Por tanto, los empresarios compiten por el favor de sus clientes.
El mercantilismo es el capitalismo antidemocrático: propiedad sin competencia, sin mercado. Por otro lado, la economía de mercado es un capitalismo democrático: con Estado de Derecho y con competencia. En una economía de mercado la obligación es competir. Además tienen una importancia capital las instituciones. Las instituciones se van forjando en procesos de ensayo y error. El mercado va seleccionando instituciones en función de su grado de aceptación mayor o menor. Las instituciones evolucionan cómo evolucionan los pueblos. No ves el mismo país hoy que hace 50 años. Los pueblos evolucionan y eso implica la evolución institucional. La propiedad de hoy no es igual a la propiedad del pasado. La empresa contemporánea no es igual a la empresa del pasado. Todos los procesos sociales se reflejan en las instituciones. Lo que pasa es que la evolución social no tiene una dirección. Puede haber cualquier resultado, puede ir en cualquier dirección. Puede ser una evolución en sentido positivo o también en sentido negativo, lo que llamamos una involución. Me pregunto si algún europeo hubiera podido pensar que la civilizada y culta Alemania iba a dar lugar a Hitler. O que Rusia que empezaba a democratizarse a principios del siglo pasado, con la revolución democrática en 1905, terminaría en un océano de sangre. O que Italia iba a dar lugar al fascismo. Esto en la Belle Époque era imprevisible: La 1ª y 2ª Guerra Mundial y el ascenso del totalitarismo. El siglo XX fue un siglo de retroceso de la libertad. Terminó y empezó bien para la libertad: se recuperó la libertad con la que empezamos el siglo, pero el siglo XX es un siglo de saldo negativo. Hubo graves retrocesos que amenazaron a la libertad en todos los escenarios humanos. Los millones de muertos que el totalitarismo le dejó a la historia de la humanidad en el siglo XX son el más grande genocidio del género humano, nunca superado en la historia.
Cuando hablamos del término institución en sentido económico, nos referimos a organizaciones permanentes que forman parte de la estructura de un país. La propiedad privada es una característica del capitalismo. Tanto del mercantilista como del democrático de economía de mercado. Pero la competencia económica es la que no existe en el mercantilismo. Lo que ocurre en el mercantilismo es que se pugna por el favor político.
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